• Fernando Jesús Medina Martínez
    Olímpico

    Fernando
    Medina

    Sevilla

    Fernando Jesús Medina Martínez

    03.04.1973

    Sevilla

    3
    Juegos Olímpicos Deporte Categoría Prueba
    Resultado
    1996 Atlanta (EE.UU.) Esgrima Masculina Sable individual
    Puesto 15
    1996 Atlanta (EE.UU.) Esgrima Masculina Sable por equipos
    Puesto 6
    2000 Sídney (Australia) Esgrima Masculina Sable individual
    Puesto 20
    2000 Sídney (Australia) Esgrima Masculina Sable por equipos
    Puesto 9
    2004 Atenas (Grecia) Esgrima Masculina Sable individual
    Puesto 21

    Fernando Jesús Medina Martínez

    Únicamente un tirador ha logrado en la historia de la esgrima española el triunfo absoluto en la Copa del Mundo, en cualquiera de las tres armas, y este es Fernando Medina, considerado unánimemente el mejor sablista español de todos los tiempos y, desde luego, una de las figuras del deporte andaluz, no en vano suya es la única medalla universal en este deporte.

    Fue en Sevilla, ciudad donde nació Fernando el 3 de abril de 1973, donde se gestó el contacto con esta modalidad deportiva, aunque de una forma absolutamente tangencial. Sucedió que su abuela materna, Julia, quiso que el hermano mayor de Fernando, Miguel, practicase esgrima, posiblemente influida por su marido, que era militar. Sin embargo, los siete años que tenía el mayor de los Medina Martínez resultaron demasiado escasos para el maestro de esgrima, que aconsejó que volviese cuando hubiera cumplido los diez años para adiestrarle en el manejo de las armas. La oferta, empero, no se pudo cumplir ya que el llegar Miguel a los 10 años en la Navidad de 1978 la familia se trasladó a Barcelona debido al nuevo destino laboral de los progenitores.

    En la Ciudad Condal los hermanos retomaron la formación académica en el Colegio Público Jaime I, cuya oferta de prácticas deportivas en horario extraescolar –entre ellas la esgrima– impresionó a Fernando. Según la política educativa y deportiva de este colegio, todos los alumnos de 5.º de EGB hacia arriba debían elegir un deporte individual y otro colectivo, momento en el que su madre no olvidó la voluntad materna, así que no dudó e inscribió a Miguel en esgrima y balonmano. Por comodidad, Fernando, esperaba a su hermano cinco años mayor para volver los dos juntos a casa y así fue cómo, sin darse cuenta, primero con la observación y luego con el juego de tomar las armas, fue iniciándose en el arte de la esgrima.

    Entre el juego y las competiciones, Fernando trataba junto a sus amigos y compañeros de imitar otros deportes como el hockey, golf, billar… con la ayuda del sable como elemento imprescindible, hasta que cumplidos los nueve años y en quinto curso nuestro protagonista se apuntó a voleibol y, cómo no, esgrima.

    Este fue el comienzo efectivo del sevillano en el deporte que tanto amará y ama, y el principio de una evolución en la adquisición de la técnica que, obviamente, tuvo un reflejo en las competiciones en la que participaba. Desde las modestas –pero importantes– ligas internas del colegio, en la que su clase resultaba ganadora todos los años por la suma de puntos conseguidos en todos los deportes, hasta los triunfos, con 12 años, en la Liga Provincial de Barcelona y el Campeonato de Cataluña de sable, arma en la que siempre competirá.

    Tal talento necesitaba, sin duda, nuevos escenarios para expresarse y cuando terminó la Enseñanza General Básica su maestro Tari Castell le facilitó una beca para que siguiera entrenando –cuatro o cinco veces a la semana– en el Club Esgrima Fides. A continuación llegó el salto a los campeonatos nacionales de promoción, en los que confirmó las esperanzas cada vez mayores que se estaban depositando en él, enlazando hasta tres títulos de campeón de España: medalla de bronce en 1987 y medalla de oro en 1988 en el Campeonato de España M-15 (menores de 15 años), medalla de oro en el Nacional M-16 de 1989 y medalla de oro en el Nacional M-17 de 1990.

    Asimismo, pasó una temporada en el sur de Francia para tomar experiencia competitiva en otros frentes y en 1990 se impuso en el Torneo Internacional de Tarbes M-17 y se clasificó 5.º en el Campeonato del Mundo M-17, celebrado en Lyon (Francia).

    A la vista de estos resultados, no cabía la menor duda de que la esgrima española tenía ante sí un nuevo campeón y ello condujo a la Real Federación Española de Esgrima a sugerir a su maestro y familia el traslado de Fernando a la Residencia Joaquín Blume de Madrid para entrenar junto al resto del equipo nacional. El núcleo familiar meditó tal invitación, pero la decisión final correspondió al propio Fernando, quien, finalmente, aceptó.

    Instalado en Madrid –primero en la residencia y más tarde en un piso en la calle Ferraz–, Fernando se proclamó campeón de España júnior individual en 1991 y en 1992 se hizo con el primer título absoluto, además del júnior. En 1993, con 20 años, fue 5.º individual en el Campeonato del Mundo Júnior celebrado en Denver (Estados Unidos), resultado que le abrió las puertas del equipo nacional absoluto, donde pasó a ser tutelado por el maestro Sandor Tabor, quien, transmitiendo dosis diarias de sus conocimientos, hizo de nuestro esgrimista un «sablista drogodependiente».

    El desarrollo de la trayectoria deportiva del andaluz a partir de ese momento fue apasionante, intensa y digna de todos los elogios. Comenzamos.

    En 1994, debutó en el Campeonato del Mundo Sénior, en Atenas (Grecia), con una discreta 28.ª posición en sable individual. Al año siguiente, repitió en el Mundial, en La Haya (Holanda), y calcó su actuación personal (29.º), aunque participó en un gran éxito como fue el 5.º puesto del equipo nacional de sable y el consiguiente billete para participar en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Ese año y antes de viajar a la capital del estado de Georgia, Fernando comenzó a hacerse un nombre en la Copa del Mundo al conquistar su primera medalla en el circuito internacional: bronce individual en la prueba de Varsovia (Polonia).

    De esta forma llegó con 23 años a su primera participación olímpica –el cumplimiento de un sueño nacido cuando fue voluntario en Barcelona 92–, que se saldó con la 15.ª posición individual y un diploma (6.º) por equipos. En solitario, debutó el 21 de julio en el Georgia World Congress Center directamente en la segunda ronda, imponiéndose al italiano Raffaello Caserta (15-9) y, unas horas más tarde, cayó (11-15) en octavos de final ante el ruso Stanislav Pozdniakov, que más tarde sería campeón olímpico. Por equipos, el conjunto español, compuesto por Fernando Medina, Raúl Peinador y Antonio García, derrotó en la primera ronda a Canadá (45-25) y perdió en cuartos de final frente a Rusia (34-45), el 24 de julio.

    Con el refuerzo moral por todo lo vivido en Atlanta, el tirador hispalense encaró el nuevo ciclo olímpico pletórico, sintiéndose en nivel suficiente para plantar cara a los entrenamientos, los rivales y a él mismo. Y no fue solo una sensación. En 1997, se alzó con la medalla de bronce en los Juegos Mediterráneos de Bari (Italia) y llegó a la 11.ª plaza en el Campeonato del Mundo celebrado en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). En 1998 se impuso por vez primera en una prueba de la Copa del Mundo –la de Teherán (Irán)– y, sobre todo, logró el máximo hito de su carrera deportiva: un soberbio bronce individual en el Campeonato del Mundo celebrado en La-Chaux-de-Fonds (Suiza), luego de derrotar en cuartos de final a su verdugo en Atlanta, Pozdniakov.

    En 1999, elevó sus prestaciones en la World Cup, cuya general de sable concluyó en 3.ª posición luego de ser medalla de plata en Sofía (Bulgaria) y medalla de bronce en Madrid y La Habana (Cuba). Asimismo, se proclamó subcampeón por equipos en la Universiada de Verano, en Palma de Mallorca (España), y en el Mundial de Seúl terminó 10.º.

    De esta forma tan brillante, llegó a los Juegos de la XXVII Olimpiada de Sídney 2000, en los que su actuación fue inferior a la registrada en el debut. En el torneo individual, luego de quedar exento de la primera fase, cayó derrotado (14-15) en la segunda ronda ante el francés Mathieu Gourdain el 21 de septiembre en el Centro de Exposiciones de Sídney. Por su parte, en el torneo colectivo, los españoles Medina, Antonio García y Jorge Pina perdieron ante Polonia (33-45) en el único emparejamiento de la primera fase, el día 24, de ahí su 9.º y último lugar.

    El recorrido hacia los terceros Juegos Olímpicos fue, sin duda, exitoso para nuestro tirador diestro devoto de la Macarena, aunque en ciertos momentos sobresaltado debido a lesiones y operaciones. Acudió a su segunda Universiada (Pekín 2001) y de nuevo ascendió al podio para recoger esta vez la medalla de bronce por equipos. Asimismo, participó en tres ediciones del Campeonato del Mundo –16.º en Nimes 2001, 17.º en Lisboa 2002 y 33.º en La Habana 2003– y concluyó la temporada de 2003 como 8.º mejor sablista del mundo según el ranking de la federación internacional (FIE).

    Pero donde el andaluz ofreció su mejor versión fue claramente en la Copa del Mundo. Ojo a los datos. En la edición 2000-2001, acabó 7.º en la general de sable individual, habiendo sumado, como mejor resultado parcial, la medalla de bronce en la prueba de Madrid. En el capítulo 2001-2002, suya fue la grandísima victoria en la clasificación global, tras haberse impuesto en los parciales de Teherán y Sofía. En 2002-2003, terminó como 7.º clasificado, habiendo sido medalla de bronce en Londres (Reino Unido), Bangkok (Tailandia) y Nueva York (Estados Unidos) y medalla de oro en Teherán. Y en 2003-2004, fue medalla de plata en Londres y tercero en el Grand Prix de Teherán.

    Buenos precedentes para su comparecencia en Atenas 2004, donde, pese a todo, el 14 de agosto, en el Complejo Olímpico Helleniko, cayó derrotado (13-15) en la segunda fase (dieciseisavos de final) a manos del tailandes Wiradech Kothny, lo que le relegó al puesto 21.º de la clasificación individual. No hubo participación del equipo.

    A sus 32 años, Fernando enfiló el nuevo período olímpico con ilusión y ganas por competir, acunando el reto de alcanzar las cuatro participaciones en Juegos Olímpicos. Sin embargo, las actuaciones en esta etapa ya no tendrían el brillo del pasado: 23.º individual y 7.º por equipos en el Campeonato del Mundo de Leipzig 2005, 8.º por equipos en el Campeonato del Mundo de Turín 2006, 28.º individual en el Campeonato de Europa de Gante 2007, 17.º en la prueba de la Copa del Mundo de Sofía en 2005 como mejor clasificación individual en este circuito…

    De esta forma, perdidas las opciones de estar en Pekín 2008, el esgrimista del Club SAM de Barcelona, tras el Europeo de Gante, su última competición internacional, fue despidiéndose paulatinamente de la esgrima de alto nivel para dar paso a otras facetas, tales fueron las de profesor instructor de la Federación Madrileña de Esgrima y maestro en clubes como el Esgrima Leganés y el Esgrima Valdemoro.

    Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y miembro de la Real Orden del Mérito Deportivo, en la categoría de medalla de bronce, Fernando Medina continúa viviendo en Madrid, donde trabaja como director técnico del Club Esgrima Barajas. A lo largo de su carrera, acumuló seis títulos absolutos de campeón de España individual de sable: 1992, 1994, 1998, 1999, 2001 y 2002.

    Biografía cerrada a 31 de marzo de 2018 y extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y Jose Manuel Rodríguez Huertas

  • Fernando Jesús Medina Martínez