• Francisco José Sánchez García
    Paralímpico

    Fran
    Sánchez

    Sevilla

    Francisco José Sánchez García

    04.03.1983

    Arahal (Sevilla)

    1
    Juegos Paralímpicos Deporte Categoría Prueba
    Resultado
    2004 Atenas (Grecia) Atletismo Masculina 100 m T12
    Puesto 10
    2004 Atenas (Grecia) Atletismo Masculina 200 m T12
    Puesto 9
    2004 Atenas (Grecia) Atletismo Masculina 4x100 m T11-13
    Descalificado

    Francisco José Sánchez García

    Nacido el 4 de marzo de 1983 en Arahal, pueblo de la Campiña sevillana, Fran Sánchez bien podría ser calificado, sin temor a dudas, como uno de los grandes corredores de velocidad del atletismo adaptado andaluz de todos los tiempos. Su palmarés así lo atestigua. En él relucen nueve medallas en acontecimientos universales y continentales en pruebas de gran competencia y participación, así como un récord del mundo que nunca llegó a oficializarse por cuestiones ajenas a él. Por el contrario saldó con discreción su paso por los Juegos Paralímpicos, una única vez, cifra bien escasa para un atleta tan talentoso cuya trayectoria deportiva no fue excesivamente longeva y cuyos tiempos no casaron adecuadamente con los ciclos paralímpicos: explotó justo después de Sídney 2000 y se retiró justo antes de Pekín 2008.

    Su infancia discurrió en su localidad natal al lado de sus padres, Francisco y María del Carmen, y dos hermanos, la benjamina Lourdes y el mayor José, que vino al mundo, como nuestro protagonista, con cataratas congénitas. No obstante, en 1991 la familia marchó a Sevilla capital, una mudanza que deparó un importante cambio de vida para Fran, quien con 8 años ingresó en el Colegio Luis Braille que la ONCE posee a la entrada de la ciudad por la carretera de Málaga. En este centro, el pequeño Francisco José comenzó a practicar deporte, concretamente las tres actividades que el centro ofertaba, natación, judo y atletismo, si bien en poco tiempo se centró en el atletismo, donde progresó siguiendo los sabios consejos de toda una institución del deporte adaptado andaluz como es el entrenador Florencio Morcillo.

    Desde 1993 hasta 1998, nuestro protagonista creció como deportista y como persona compitiendo en los encuentros deportivos que anualmente organizaba la ONCE entre sus colegios de Madrid, Barcelona, Pontevedra, Alicante y Sevilla. Competiciones que se desarrollaban en junio a finales del ciclo escolar, rotando por los distintos centros participantes, y que constituían una gran cantera de atletas de la que Fran se despidió en 1998 debido al nivel que había alcanzado. No en vano esa temporada había cambiado las pistas del colegio por las del Centro Deportivo de San Pablo y el atletismo ya se había convertido en una actividad primordial en su día a día.

    Así, en 1999 participó en su primer Campeonato de España de Atletismo para Ciegos y Deficientes Visuales y se estrenó en los campeonatos internacionales para menores con deficiencia visual que la IBSA (International Blind Sports Federation) organizaba anualmente en Dublín (Irlanda), donde obtuvo seis medallas (2 oros, 2 platas y 2 bronces) en tres ediciones consecutivas.

    Si 1998 podría decirse que fue el primer año en el rendimiento deportivo, la campaña de 2001 podría calificarse como la de la explosión de nuestro protagonista en el ámbito internacional al acudir a su primer gran compromiso, el Campeonato de Europa de Atletismo de la IBSA, organizado en Bialystok (Polonia). Allí, nuestro velocista “de bolsillo” –pequeño y explosivo–, con solo 18 años, conquistó la medalla de bronce en los 100 metros categoría T12 (11.70) y la medalla de plata en el relevo 4×100 T11-13 (45.37).

    A raíz de este éxito, Francisco cambió en 2002 la dirección técnica de Florencio Morcillo por la de un entrenador específico de velocidad, Antonio Olivencia, con el que permaneció entrenando en San Pablo hasta el final de su carrera deportiva. Este año refrendó en la tercera edición del Campeonato del Mundo de Atletismo del IPC (Comité Paralímpico Internacional) que había venido para quedarse en la elite y se colgó en Lille (Francia) la medalla de plata en 100 T12 (11.41) y el bronce en 4×100 T11-13 (46.32).

    En 2003, una lesión le impidió acudir al primer Campeonato de Europa del EPC (Comité Paralímpico Europeo) –que tomaba el relevo del Europeo de la IBSA–, en el mes de junio en Assen (Holanda), pero logró recuperarse para los segundos Juegos Mundiales de la IBSA, que tuvieron lugar en Quebec (Canadá) en agosto. De nuevo, el sevillano saldó una cita mundialista subido al podio: bronce en 100 T12 (11.30) y plata en 4×100 T11-13 (44.94).

    Estos esperanzadores precedentes y la palpable mejoría en las marcas hicieron, evidentemente, que el entorno del atleta y él mismo albergasen grandes ilusiones de cara al ineludible y esperado compromiso con los Juegos Paralímpicos. Empero, el balance en Atenas 2004 difirió de lo realizado hasta entonces por el de Arahal e igualmente de lo que habría de llegar en la segunda parte de su carrera deportiva. Ciertamente, Fran Sánchez se expresó en la capital helena en sus mejores registros, pero el nivel exhibido por los competidores en los Juegos fue significativamente superior al de otros campeonatos.

    Así, en su debut en el Estadio Olímpico el 21 de septiembre, el corredor andaluz ganó su serie –la sexta– de primera ronda de los 100 metros T12 con un tiempo de 11.28, el quinto mejor de esta fase en la que tomaron parte 30 atletas. Posteriormente, en el bis de la tarde, acabó 3.º en la segunda semifinal con 11.37, marca que le situó en la 10.ª plaza, por tanto, fuera de las finales A y B.

    Tres días más, en la prueba de 200 metros, el andaluz repitió el mismo esquema al imponerse en la sexta serie de primera ronda con el décimo mejor tiempo (23.36) –entre 28 competidores– y ganarse a pulso el pase a las semifinales del día 25, donde, pese a ser 2.º en la segunda carrera, su tiempo de 23.26 le dejó en el 9.º puesto general, al borde de las finales.

    En ambas pruebas, 100 y 200, el oro correspondió al nigeriano Adekundo Adesoji, autor de tiempos excepcionales: 10.75 y 21.78, respectivamente.

    Quedaba la última oportunidad en el relevo 4×100, el día 27, pero el equipo español formado por Juan Antonio Nogales, Luis Bullido, Javier Martín y Sánchez fue descalificado en la segunda serie por entregar el testigo fuera de la zona reglamentaria, dilapidando sus opciones de entrar en la final, en la que ganó China.

    Después de haber alcanzado el rango de paralímpico con únicamente 22 años, Francisco José prosiguió con los entrenamientos y las competiciones en las siguientes tres campañas, en las cuales volvió a protagonizar los logros que se le habían negado en los Juegos. De esta forma, en 2005, regresó al Europeo –el segundo y último que organizó el EPC– y en Espoo (Finlandia) volvió a subir al podio en 100 metros T12 (plata con 11.49) y fue finalista en 200 metros T12 (6.º, con 24.42). Al año siguiente, acudió a los dos mundiales celebrados, tanto al primer Campeonato del Mundo en pista cubierta, en Bollnäs (Suecia), como al Campeonato del Mundo del IPC, en Assen. Mientras en el primero se proclamó campeón universal en 60 metros lisos T12 con un tiempo de 7.27 –récord del mundo que no fue oficializado por la falta de homologación de la pista–, en el segundo rozó la medalla –4.º clasificado– en 100 metros T12 (11.67).

    Definitivamente, Fran exhibió sus dotes para la velocidad por última vez en 2007, en el marco de los terceros Juegos Mundiales de la IBSA (IBSA World Games) en Sao Paulo (Brasil), despidiéndose del equipo nacional con una soberbia medalla de plata en 100 metros B2 (11.25) el 2 de agosto, a solo tres centésimas del título mundial, que correspondió al local César da Silva.

    A su regreso a España, el sevillano abandonó Sevilla y marchó a Madrid para aceptar una oferta laboral, significando este hecho su retirada del ámbito competitivo, que no del atletismo. En la capital vivió hasta 2011, una estancia de cuatro años que nuestro protagonista, amante de la tranquilidad, recuerda con cierto pesar debido al ritmo vertiginoso de la urbe madrileña y al estresante ritmo de la vida que allí llevó. Durante los dos primeros años logró compaginar trabajo y entrenamiento, pero a partir de 2009 los horarios laborales y las distancias de la ciudad le impidieron seguir aunando ambos quehaceres y el atletismo pasó a ser parte de los recuerdos.

    En 2011 Francisco José, perito judicial en seguridad informática y administrador de sistemas tecnológicos, regresó a Sevilla y en 2014 obtuvo la pensión de invalidez, una circunstancia que le permitió, entre otras cosas, volver a sus queridas pistas de San Pablo, donde desde entonces ayuda a su antiguo entrenador, Antonio Olivencia, en la preparación de jóvenes velocistas.

    Biografía cerrada a 31 de marzo de 2018 y extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y Jose Manuel Rodríguez Huertas

  • Francisco José Sánchez García