• José Luis Ortiz Fernández
    Paralímpico

    José Luis
    Ortiz

    Málaga

    José Luis Ortiz Fernández

    31.03.1951

    Estepona (Málaga)

    1
    Juegos Paralímpicos Deporte Categoría Prueba
    Resultado
    1992 Barcelona (España) Atletismo Masculina Maratón B2
    Medalla de plata

    José Luis Ortiz Fernández

    Atleta, fondista y maratoniano de vocación tardía, protagonizó en Barcelona 1992 la gesta de llegar en segunda posición a la meta del maratón para deportistas deficientes visuales de clase B2, siendo esta medalla, a sus 41 años, el culmen de una trayectoria deportiva que, por su cortedad o por haber coincidido con una época de muy escasa repercusión del deporte adaptado, quizás no hay sido nunca suficientemente conocida ni debidamente reconocida.

    Hijo de José Luis y Luisa, José Luis Ortiz Fernández vino al mundo el 31 de marzo de 1951 en Estepona (Málaga), siendo el segundo de los seis hijos que tuvo el matrimonio: Mari Pepa fue la primogénita y tras nuestro protagonista nacieron Dora, Paco, Luisa y José Antonio. Familia numerosa y sin desahogo económico, cuando José Luis terminó los estudios primarios en el Colegio Nuestra Señora del Carmen, en el denominado Barrio Pesquero de Estepona, no tuvo otro remedio que ponerse a trabajar –y dónde si no en el mar– con 14 años para ayudar al sostenimiento de la casa. Luego, cuando llegó a la mayoría de edad, se empleó en la albañilería y en el gremio de la construcción discurrió su recorrido laboral inmediato.

    Avanzamos y nos situamos en 1979. José Luis tiene 27 años y cae enfermo. La enfermedad le afecta debilitándole los huesos y mermando la vista, lo que genera una deficiencia visual permanente debido a una retinopatía en un ojo y opacidad corneal en el otro. Obviamente, este suceso afectaría el desarrollo de su vida a partir de ese momento ya que, por un lado, comenzó a hacer ejercicio físico por prescripción facultativa y, por otro, se afilió a la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), en la venta de cuyo cupón empezó a trabajar con 31 años a la par que iniciaba su particular singladura en el atletismo.

    En efecto, el ejercicio físico que años antes había elegido para fortalecer las piernas y recuperarse de la enfermedad era la carrera y tanto gusto le tomó a esta actividad que, gracias a su amigo Alfonso Fierro Niebla, se introdujo en el mundillo y se decidió a probarse en competiciones con la ayuda del entrenador burgalés y también maratoniano Eleuterio Antón Palacios. Apodado el Conejo por sus amigos del Club Atletas del Sol y del entorno del atletismo –habida cuenta sus rasgos físicos–, José Luis Ortiz se machacó entrenando por las calles y carreteras de Estepona y se curtió en carreras populares, medias maratones y maratones de medio país (Sevilla, Estepona, Málaga, Benidorm, Marbella, Santurce…) hasta alcanzar en el ciclo paralímpico de Barcelona 1992 el mejor estado de forma de su vida.

    Consecuencia de ello, en 1991 se proclamó campeón de España de maratón –categoría B2– en Laredo (Cantabria) y, por ende, fue incluido en el equipo nacional que disputó el VI Campeonato de Europa, organizado por la IBSA en Caen del 15 al 22 de septiembre. En la ciudad francesa, el malagueño logró el triunfo con un tiempo de 3 horas, un minuto y 5 segundos. Un título continental que bien valía la designación para representar a España en los Juegos Paralímpicos de 1992.

    Y, ¡qué representación! Sobre el recorrido barcelonés, en el mes de septiembre, el andaluz dio lo mejor de sí para llegar a la meta tras 2 horas, 45 minutos y 39 segundos de carrera y alzarse con la medalla de plata. El mejor de los 12 participantes en la división B2 fue el británico Stephen Brunt (2:45:10), en tanto que el tercero, el francés Paul Collet, entró a casi dos minutos de Ortiz.

    Con esa plata, José Luis cerraba, por tanto, doce meses de ensueño: campeón europeo, subcampeón paralímpico y, por añadir un detalle, medalla de bronce en la reconocida Maratón Kitakyushu, celebrada en febrero en la isla japonesa de Kyushu y que ese año 1992 contuvo la primera edición internacional para ciegos y deficientes visuales.

    Tras estos éxitos, nuestro protagonista continuó entrenando y competiendo, aunque a un nivel más bajo ya que la edad y la salud no le permitían largos e intensos esfuerzos, poniendo punto final a su periplo atlético en 2004 a raíz de que con 53 años sufriese un infarto cerebral del que se recuperó, aunque ya nunca más para el deporte.

    Actualmente, José Luis Ortiz, jubilado, dedica todo su tiempo libre a dar largos paseos, tanto por la mañana como por la tarde, y a disfrutar de la vida con su esposa María, hijos José Luis e Ismael y cuatro nietos.

    Biografía cerrada a 31 de marzo de 2018 y extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y Jose Manuel Rodríguez Huertas

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