Juan Antonio Liñán Corredera

Personaje del tenis de mesa en Andalucía, polifacético y entregado a ultranza a este deporte, habiendo sido jugador, entrenador, directivo y árbitro, Juan Antonio Liñán nació en Málaga el 15 de julio de 1955. Segundo y último hijo de Antonio y Nieves –su hermana mayor se llama Mari Ángeles–, con cuatro años y medio sufrió la poliomielitis, enfermedad origen de su discapacidad física y cuya secuela en forma de osteoporosis en las piernas –la derecha es la más afectada– le ha provocado hasta seis fracturas de consideración a lo largo de su vida. Pese a ello, su entusiasmo y optimismo le han posibilitado estar cuarenta años disfrutando activamente de su deporte y labrarse una digna trayectoria que incluye la presencia en Barcelona 1992.

Llevó a cabo los estudios primarios entre los colegios San Manuel y Sagrado Corazón de la capital malagueña, destacando que a raíz de la polio estuvo dos años sin poder asistir a clases y que la reincorporación a las mismas fue posible gracias al apoyo de su madre, que se hizo cargo de él llevándolo en brazos a la escuela y a las sesiones de rehabilitación. Posteriormente, pasó por el Instituto Nuestra Señora de la Victoria, en Martinicos –cuando se partió por primera vez la pierna su padre fue autorizado a que entrase con el coche al patio para poder recogerlo, ya que él se negaba a coger muletas–, el colegio privado Buen Pastor y terminó el bachillerato en el citado instituto.

Nuestro protagonista continuó su formación en la Universidad de Málaga, en la que estudió Empresariales y más adelante Económicas, aunque ni una ni otra terminó ya que a los 20 años –en el segundo año de la primera carrera– obtuvo plaza de informático en el Ayuntamiento de Málaga y dejó de lado los estudios para centrarse en tal profesión –vanguardista en aquellos años 70–, en la que ha ido actualizándose y ampliando conocimiento continuamente hasta alcanzar el puesto de jefe de proyectos informáticos en el Ayuntamiento de Málaga y el Instituto Municipal de la Vivienda.

Deportivamente hablando, Juan Antonio inauguró su camino en 1972 cuando el tenis de mesa –uno de los pocos deportes que podía hacer– se cruzó en su camino de forma casual durante las salidas sabatinas que, con sus amigos del instituto, efectuaba a los billares de Málaga. Tenía 17 años y pronto adquirió tal práctica que ese verano, estando en las instalaciones de Educación y Descanso, alguien de la Asociación de Minusválidos de Málaga le invitó a jugar un torneo local que servía como clasificatorio para los II Juegos Nacionales de Deportes para Minusválidos, que ese año volvían a tener lugar en Madrid. El malagueño participó en el selectivo, quedó tercero y viajó a Madrid pese al nerviosismo de sus padres.

Los Juegos Nacionales de Deportes para Minusválidos fueron una competición polideportiva y cuatrienal constituida en 1968 con la inercia de la creación de la Federación Española de Deportes para Minusválidos. En 1972 se celebró la segunda edición, en 1976 la tercera y en 1980 la cuarta, en cuyo marco cada deporte disputaba sus respectivos campeonatos de España. En el caso del tenis de mesa, los de 1972 fueron los sextos nacionales y en ellos Liñán llevó a cabo su debut.

Tras un año sabático, Juan Antonio continuó perfeccionando su juego a partir de 1974, sumando temporadas a una singladura deportiva que se interrumpió en 2012 cuando sufrió la sexta fractura ósea y vio que ya no era posible la práctica, pues tenía usar muletas y le resultaba imposible mantener la pierna derecha recta. Estuvo tentado de probar a jugar en silla de ruedas, pero, como nuestro biografiado confiesa, le fue “muy difícil y me aburrí”.

En estas cuarenta campañas en activo, Juan Antonio siempre ha simultaneado competiciones para discapacitados y competiciones convencionales. En estas debutó en 1975 en el primer torneo de la Delegación Malagueña de Tenis de Mesa, del que en 1977 se proclamó subcampeón individual sénior. Además, posee dos medallas de plata por equipos y dos de bronce individuales en el Campeonato de Andalucía de Veteranos y ha jugado varias temporadas en la Segunda División nacional masculina y en la Superdivisión Andaluza.

En el ámbito adaptado, Juan Antonio posee una trayectoria internacional claramente dividida en dos partes. Una primera hasta los Juegos de Barcelona 1992, en la que compitió en la clase 8 y formó parte del equipo nacional en el Campeonato del Mundo de Assen 1990, el Campeonato de Europa de Salou 1991 y las propias Paralimpiadas. Y una segunda, ya encuadrado en la clase 7, cuando participó en diversos abiertos internacionales como los de Ciudad del Cabo, Budapest (2 veces), Emmen, La Coruña 2003 (bronce individual y por equipos), Roma 2003 (plata por equipos), Lasko 2004 (plata por equipos) y Toluca 2004, en México, en cuyo marco logró su última medalla (plata en individuales) en el circuito mundial, despidiéndose con 23 internacionalidades.

Obviamente, la más significativa y relevante de todas sus participaciones con la selección española fueron los Juegos Paralímpicos de 1992, en los que debutó el 5 de septiembre dentro de la competición por equipos al lado de José Abelairas. Su actuación fue discreta, presentando el equipo español la peor tarjeta de las nueve formaciones a concurso con cuatro derrotas en la fase preliminar ante Bélgica, Suecia, Hungría y Japón por idéntico tanteador (0-3). Quintos del grupo B, quedaron muy lejos del pase a semifinales, reservado a los dos primeros equipos de cada grupo.

Ya en la competición de individuales, los 25 palistas en liza –entre ellos Liñán– fueron divididos en 7 grupos de tres y uno de cuatro para dilucidar los 16 que pasarían a octavos final (los dos primeros de cada pool). No fue el caso del andaluz, quien concluyó 3.º y último del grupo G, con dos derrotas: 1-2 ante Peter Frommelt, de Liechtesntein, y 0-2 ante Hiroshi Fujii, de Japón. Ello le otorgaría un oficioso 17.º puesto empatado con el resto de eliminados.

Por último, en el torneo abierto para las clases 6 a 10 (open de pie), que reunió a 85 palistas, Liñán sucumbió en 1/64 de final ante el húngaro Karoly Majsai (0-2). “A la conclusión de la Paralimpiada, cuando llegué a mi trabajo en Málaga, los 110 compañeros me hicieron un imborrable recibimiento con tarta incluida”, rememora.

En lo que respecta al currículum nacional de Juan Antonio, cuya primera medalla (bronce individual) data de 1974, en Jerez de la Frontera (Cádiz), el malagueño acumula 19 medallas en el Campeonato de España (siempre en la categoría de pie), de las cuales 7 son de oro: 5 por equipos con el Málaga TM (1994, 1995, 1996, 1997 y 2005) y 2 en dobles masculinos en Écija 1994 y Benimámet 1995, junto a Enrique Agudo. Asimismo, posee dos subcampeonatos, en 1993 (equipos) y 1997 (dobles), mientras que sus diez medallas de bronce se produjeron en individuales (1974 y 1978), equipos (1979, 1985, 1991 y 1992), dobles (1979, 1981 y 1992) y open de pie (Vitoria 1993).

A ello, hay que unir los tres títulos consecutivos obtenidos en la Copa del Rey con el Málaga TM en las tres primeras ediciones del torneo copero: Madrid 1995, Dos Hermanas 1996 y La Coruña 1997.

Paralelamente a su faceta de jugador, Juan Antonio Liñán ha desarrollado y sigue desarrollando otros roles en el mundo del tenis de mesa, tales son los de directivo, entrenador y árbitro. En 1989 fundó el Club Málaga de Tenis de Mesa, del que ha sido presidente desde 2000, y en 1999 cofundó el Cártama TM, en el que ha ejercido de responsable técnico y continúa de vicepresidente en labores de gestión. Asimismo, fue presidente (1982-1992) y vicepresidente (2006-2017) de la delegación malagueña de la Federación Andaluza de Tenis de Mesa y miembro de la asamblea tanto en la Española como en la Andaluza durante varios años.

Juez nacional desde 1976 e internacional desde 1981 –debutó en un enfrentamiento entre España y Noruega en la Segunda División europea–, ha permanecido en estos menesteres hasta la temporada 2016-2017 incluida, habiendo arbitrado en numerosos campeonatos de España y de Andalucía y ligas nacionales, andaluzas y provinciales y formando parte del Colegio Provincial de Árbitros durante 18 años. Jubilado desde 2016, Juan Antonio –que tiene dos hijos– sigue disfrutando de la vida en su Málaga natal.

Biografía cerrada a 31 de marzo de 2018 y extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y Jose Manuel Rodríguez Huertas