• Luis Eduardo García López
    Olímpico

    Luisón
    García

    Sevilla

    Luis Eduardo García López

    04.03.1966

    Sevilla

    1
    Juegos Olímpicos Deporte Categoría Prueba
    Resultado
    1992 Barcelona (España) Balonmano Masculina Balonmano
    Puesto 5

    Luis Eduardo García López

    Grande del balonmano masculino andaluz, al nivel de Antonio Carlos Ortega y el campeón mundial José Manuel Sierra –no olímpico–, fue bautizado en la sevillana Basílica de la Macarena el 4 de marzo de 1966, si bien a los cuatro años este mocetón que alcanzaría los 190 centímetros de estatura, por motivos de promoción laboral de su padre, debió trasladarse a Madrid, ciudad en la que conoció el balonmano en el marco del Colegio Menesiano, de la mano del hermano José Ángel.

    No sin antes haber tenido que decidir entre el balonmano y el baloncesto, que también le gustaba, Luisón García –nombre deportivo por el que es reconocido– empezó a progresar en este duro y bello deporte de equipo hasta que, con 15 años, sus cualidades técnicas y físicas llamaron la atención de Goyo Puente, quien lo fichó para las categorías inferiores del Club Atlético de Madrid –por entonces uno de los clubes más fuertes de Europa–, donde pasó a las manos de Juanito Hernández.

    Tras tres años de formación en el escalafón inferior, muy joven, con apenas 18 años y debido a la necesidad de un pivote que tenía el primer equipo, recibió la llamada de Juan de Dios Román, quien lo reclamó para el primer equipo en una temporada inolvidable para el balonmano nacional y atlético, la de 1984-1985. Por primera vez un equipo español llegaba a la final de la Copa de Europa de Clubes. Quizás lo de menos fue el resultado –el intratable equipo yugoslavo del RK Metaloplastika Sabac venció con rotundidad en la ida y la vuelta–, porque aquel equipo y su hazaña ese mes de abril de 1985 marcó, sin duda, un antes y un después de este deporte en España. Y allí, en aquella formación que se enfrentó al equipo imbatible estuvo nuestro protagonista junto a su hermano Quique, al también andaluz Jesús Gómez Camúñez y leyendas como Lorenzo Rico, Cecilio Alonso, Javier Reino o Juanón de la Puente, el pivote titular.

    Tras el debut, el sevillano, cómo no, continuó en el cuadro absoluto del Atlético de Madrid hasta la temporada 1986-1987, logrando el título liguero de División de Honor en la campaña 1984-1985, el subcampeonato en 1985-1986 –por detrás del FC Barcelona–, la Copa del Rey de 1987 –luego de derrotar en la final al Cacaolat Granollers, en Badajoz–, la Supercopa de España de 1986 y el segundo puesto en la Copa IHF –segunda competición continental– de 1987.

    Paralelamente a su brillante quehacer de club y como consecuencia de ello, Luisón fue internacional júnior en 44 partidos, con resultados significativos en el Campeonato del Mundo de la categoría, tales son la 9.ª plaza en Finlandia 1983, la 10.º en Italia 1985 y la medalla de plata en Yugoslavia 1987. Y obviamente internacional absoluto –debutó el 28 de junio de 1985 en el Torneo Internacional de Yugoslavia, en Tivat, con la dirección técnica de Juan de Dios Román–, siendo su primera gran competición el Campeonato del Mundo de 1986, en Suiza, donde España terminó 5.ª. Más tarde, en 1988, Luisón y España –con una dirección técnica bicefálica, al ser compartida por Román y César Argilés– fueron séptimos en la Copa del Mundo celebrada en Suecia.

    Entre ambos eventos internacionales, el sevillano vivió en julio de 1987 un momento importante en su vida deportiva pues abandonó el club en el que nació como jugador de elite, el Atlético de Madrid, por la inseguridad que veía en la sección –la entidad colchonera, presidida por Jesús Gil, cerró el equipo de balonmano en 1994– y anunció el fichaje por el Teka de Santander, que estaba construyendo un potente equipo en torno al técnico Javier García Cuesta.

    En la entidad cántabra, el andaluz vivió dos etapas, para un total de cinco temporadas. La primera comprendió únicamente el año 1987-1988 y la segunda las campañas 1991-1992 a 1994-1995, contribuyendo a la época dorada del club, no en vano obtuvo el subcampeonato de Europa de clubes de 1992 –tras perder ante al RK Zagreb croata–, los títulos ligueros en las temporadas 1992-1993 y 1993-1994, la Copa del Rey de 1995 –ante el Pilotes Posada Octavio de Vigo, en Ciudad Real– y, sobre todo, la ansiada Copa de Europa de Clubes en 1994, ante el ABC Braga de Portugal.

    Por medio, el bravo pivote sevillano actuó durante tres temporadas (1988-1989 a 1990-1991) en el CD Cajamadrid de Alcalá de Henares (Madrid), dirigido por Domingo Bárcenas y donde con el número 13 a la espalda fue 3.º en la División de Honor 1988-1989, semifinalista de la Copa IHF en 1989 y 1990 y semifinalista de la Copa del Rey en 1990.

    ¿Y con la selección? Pieza fundamental en el equipo nacional, Luisón participó en todos y cada uno de los escalones que la federación española determinó en el largo camino hacia los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, para los que el conjunto, obviamente, estaba clasificado de oficio. Así, en 1989, consiguió –dirigido por Emilio Alonso y César Argilés– la cuarta plaza en el Mundial B celebrado en Francia y en 1990 repitió la quinta plaza en el Campeonato del Mundo, con García Cuesta en el banquillo. Por último, España se alzó con la medalla de bronce en la Copa del Mundo de 1992, en Suecia, torneo previo a la gran cita olímpica, a la que Luisón, junto a Lorenzo Rico, Javier Cabanas, Mateo Garralda, Enric Masip, Iñaki Urdangarín, Jaume Fort, Juan Francisco Muñoz “Melo”, Ricardo Marín, Ángel Hermida, Aleix Franch, Juan Alemany, Aitor Etxaburu, Fernando Bolea, David Barrufet y Alberto Urdiales llegaron con vitola de serios aspirantes a medalla.

    Este colectivo, dirigido por García Cuesta y repleto de calidad, cayó pese a todo en la primera fase ante Francia (16-18) y el Equipo Unificado (18-24), y venció a Egipto (23-18), Rumanía (21-20) y Alemania (19-18), lo que le otorgó la 3.ª plaza del grupo B, fuera de las dos primeras plazas que conducían a las semifinales directas. Por el quinto puesto, España “barrió” a Corea por 36-21 y obtuvo un diploma olímpico que, quizás, supo a poco.

    Tras estos Juegos, Luisón, pese a estar lastrado por las secuelas de la lesión de rodilla de la que fue operado en octubre de 1990, prosiguió destilando calidad en su club –recordemos, el Teka– y en la selección nacional, donde fue un jugador asiduo hasta el Mundial de Islandia 1995, último campeonato internacional que disputó el sevillano y donde se despidió, siendo seleccionador Cruz María Ibero, con una discretísima 11.ª posición, llegando a las 109 internacionalidades absolutas y 150 goles, cifras a las que unir los registros conseguidos con la selección júnior: 44 partidos y 92 goles.

    En el ámbito doméstico, pese a que la rodilla tras la operación nunca rindió como el andaluz hubiese deseado, Luisón abandonó la disciplina del Teka de Santander al término del curso 1994-1995 y fichó por el Balonmano Cuenca para la campaña 1995-96, coincidiendo en dicho club con sus hermanos Quique y Alberto. A continuación, jugó las temporadas 1996-1997 y 1997-1998 en el gallego CB Cangas del Morrazo, donde cerró su periplo como jugador profesional a los 32 años de edad.

    Tras su retirada, Luis García, diplomado en Empresas y Actividades Turísticas, participó en el Programa Relevo en su tercera promoción, del que afirmó: «Vine un poco indeciso; dudaba de la futura utilidad del programa, pero he salido con la sensación de haber recibido información vital y antes desconocida para mí del trabajo que supone buscar trabajo». Actualmente es empresario de hostelería y posee un restaurante familiar con el que disfruta y se compromete del mismo modo que durante quince años lo hizo con el balonmano.

    Biografía cerrada a 31 de marzo de 2018 y extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y Jose Manuel Rodríguez Huertas

  • Luis Eduardo García López