María de las Mercedes Chilla López

La Chilla ­como se le conoce en el mundillo atlético– nació el 19 de enero de 1980 en Jerez de la Frontera (Cádiz) y empezó a hacer deporte –balonmano, baloncesto y atletismo- en el colegio donde estudiaba, el Hijas de San José, en cuyas olimpiadas escolares un entrenador, maestro y enamorado del atletismo como es el jerezano José María Vega Soto, viendo las aptitudes deportivas de la pequeña Mercedes, la invitó a participar en las escuelas deportivas municipales. El sí de Chilla le abrió un ramillete de oportunidades para progresar, cosa que hizo en los deportes colectivos –forma parte de los equipos municipales de baloncesto y balonmano– y, sobre todo, en atletismo. Así, llegado el momento de tener que comprometerse con un deporte, Mercedes, cuando contaba con 15 años, no tuvo dudas en apostar por la disciplina atlética.

Siempre de la mano de José María Vega –su único entrenador–, accedió al Club Atletismo Chapín de Jerez, en cuya estructura y luego de un período buscando su hueco –lanzó peso y luego hizo pruebas combinadas– optó por el lanzamiento de jabalina.

Su etapa de formación en esta prueba específica no vendría sino a confirmar el acierto de la decisión, pues se proclamó campeona de España cadete en 1996 (Málaga), juvenil en 1997 (Lérida) y júnior en 1998 (Aranjuez) y 1999 (Elche), y fue internacional tanto en el Campeonato del Mundo júnior de 1998, en Annecy (Francia) –concluyó 12.ª–, como en el Campeonato de Europa júnior de 1999, en Riga (Letonia) –10.º puesto.

De 2000 a 2002, como promesa, encadenó los tres títulos nacionales en juego, en los campeonatos celebrados en Puertollano (Ciudad Real), Prat de Llobregat (Barcelona) y Nerja (Málaga), respectivamente, y en 2001 –ese año fichó por el Valencia Terra i Mar– se proclamó subcampeona de Europa sub-23, en Ámsterdam (Holanda). Pero también empezó a codearse con soltura en la máxima categoría, pues debutó con la selección española en la Copa de Europa de Primera División de Baerum 2000 –4.ª clasificada– y obtuvo la medalla de bronce en los Campeonatos Iberoamericanos de Río de Janeiro 2000, la 6.ª posición en los Juegos Mediterráneos de Túnez 2001 y en la Universiada de Pekín 2001 y la 4.ª plaza en los Campeonatos Iberoamericanos de Guatemala 2002. Asimismo, remarcar que en 2000 batió por vez primera el récord de España, con un lanzamiento de 57,91 metros en Oviedo durante el Campeonato de España Universitario.

Así, tras recorrer un camino repleto de síntomas de que el atletismo español había encontrado por fin a una jabalinista de tronío, se estrenó en 2003 en la categoría absoluta con la medalla de oro en el Campeonato de España absoluto celebrado ese año en su Jerez natal, el primer entorchado de un colosal palmarés doméstico que integran 10 títulos de campeona de España (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011 y 2014), la recuperación de la plusmarca nacional en 2004 (62,32) y la mejora en 2006 (63,20) y 2010 (64,07), el liderato en el ranking anual en todas las temporadas de 2003 a 2014, excepto en 2012, cuando estuvo seriamente lesionada, y un total de 27 marcas por encima de los 60 metros, siendo la única española en superar esta significativa barrera en la prueba de jabalina.

Sin rival en España, la andaluza siguió sin desentonar fuera de nuestras fronteras en 2003 y 2004, no en vano consiguió la medalla de bronce en la Universiada de Daegu 2003 y fue 5.ª en los Campeonatos Iberoamericanos de Huelva 2004, amén de representar a España en la Superliga de la Copa de Europa en Florencia 2003 (6.ª) y Bydgoszcz 2004 (5.ª). Como colofón a esta primera etapa y gracias a la consecución de la marca mínima, debutó con 24 años en los Juegos Olímpicos, los de Atenas 2004. La gaditana compitió el 25 de agosto en la calificación, dentro del grupo A, y alcanzó en el tercer intento la máxima distancia, 58,45 m, el 22.º registro entre las 45 participantes, por tanto, fuera de la final reservada a las 12 mejores (todas por encima de los 61 metros).

Con 25 años y la experiencia de haber estado en unos Juegos, la gaditana afrontó un nuevo ciclo olímpico que resultaría brillante en todos los sentidos. Debutó en el Campeonato del Mundo con una 15.ª posición en Helsinki 2005 y repitió en la edición de 2007, celebrada en Osaka (Japón), aunque con pobres prestaciones, al concluir en el puesto 27.º. Asimismo, adquirió conocimiento directo del Campeonato de Europa absoluto, en Gotemburgo 2006. Y, ¡qué estreno! Para sorpresa de propios y extraños subió al podio a recoger la medalla de bronce, gracias a un lanzamiento de 61,98 m, siendo el primer y único metal logrado por una lanzadora española en una gran competición internacional. También de bronce había sido la medalla que nuestra protagonista se llevó de los Juegos Mediterráneos de Almería 2005.

Cómo no, su excelente nivel la llevó a pisar la segunda Villa Olímpica de su vida, la de Pekín 2008. Allí, con 54 competidoras en liza en la prueba de jabalina, esta vez sí logró superar la calificación al ser 4.ª en su grupo de calificación y 7.ª en el global con un lanzamiento de 61,81 m en el segundo intento. No obstante, en la final del 21 de agosto, en un Estadio Olímpico abarrotado, solo pudo llevar el dardo hasta los 58,13 metros y quedó 9.ª, a un paso del diploma.

Mercedes Chilla inauguró el camino hacia Londres 2012 completando la última temporada en el CA Jerez –al que había regresado en 2007–, pues en 2010 fichó de nuevo por el Valencia Terra i Mar, con el que continúa en la actualidad. Sería este un ciclo olímpico agridulce, con momentos tan buenos como la consecución de la medalla de oro en el Campeonato Iberoamericano de San Fernando 2010 y el actual récord de España, el 12 de junio de 2010 en Valencia; de actuaciones internacionales solventes, tal fue el 6.º puesto en el Campeonato de Europa de Barcelona 2010 y otras más discretas, caso de los Mundiales de Berlín 2009 (19.ª) y Daegu 2011 (17.ª), en ambos de nuevo eliminada en la calificación; y de situaciones desagradables como las provocadas por una tendinitis en ambos tendones de Aquiles que, a la postre, pese a tener la mínima olímpica –63,77 m, su segunda mejor marca de siempre, lograda en 2011 en Rabat–, le impidió estar en los que hubieran sido sus terceros Juegos.

Dura y luchadora como pocas, con un cuerpo esculpido a base de someterlo a duros entrenamientos bajo la supervisión de José María Vega, Mercedes volvió al primer plano internacional en 2014 para participar en Zúrich (Suiza) en su tercer Campeonato de Europa, donde de nuevo llegó a la final –puesto 10.º–, si bien a posteriori otra vez el infortunio se cruzó en su camino en forma de lesión en el hombro derecho –rotura del supraespinoso y rotura parcial en la inserción del bíceps con el húmero– producida durante el Campeonato de España de 2015. Un gravísimo contratiempo que la tuvo en el dique seco durante casi un año, hasta su reaparición en mayo de 2016 en la Copa de Europa de Clubes, en Mersin (Turquía) –3.ª clasificada con un modesto lanzamiento de 50,87. Dos meses después, compitió en el Campeonato de España, en Gijón, y, lejos de su mejor forma, solo puedo ser 5.ª (50,02), pero protagonizando un nuevo ejercicio de superación ante la adversidad.

Atleta del València Esports en 2017 –fue 4.ª en el Campeonato de España celebrado en Barcelona–, esta diplomada en Magisterio –especialidad en Educación Física– ha representado a España en todas las competiciones internacionales y es una de las grandes del atletismo español de todos los tiempos, con un soberbio palmarés compuesto por dos participaciones olímpicas, 4 en el Campeonato del Mundo, 3 en el Campeonato de Europa, 2 en los Juegos Mediterráneos, 3 en el Campeonato Iberoamericano, 2 en la Universiada y 13 en la Copa de Europa, actual Campeonato de Europa por selecciones nacionales, donde destacan dos podios: 2.ª en Gateshead 2013 y 3.ª en Málaga 2006.

Biografía cerrada a 31 de marzo de 2018 y extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y Jose Manuel Rodríguez Huertas