• María Vanesa Ortega Godoy
    Paralímpica

    Vanesa
    Ortega

    Málaga

    María Vanesa Ortega Godoy

    24.03.1981

    Málaga

    2
    Juegos Paralímpicos Deporte Categoría Prueba
    Resultado
    1996 Atlanta (EE.UU.) Atletismo Femenina 200 m T11
    Puesto 6
    1996 Atlanta (EE.UU.) Atletismo Femenina 400 m T11
    Medalla de plata
    2000 Sídney (Australia) Atletismo Femenina 200 m T12
    Puesto 5
    2000 Sídney (Australia) Atletismo Femenina 800 m T12
    Puesto 7

    María Vanesa Ortega Godoy

    Jovencísima promesa del atletismo andaluz cuando empezó a correr siendo casi una niña y uno de los iconos de la nueva generación de deportistas con discapacidad que empezó a convivir con los consagrados y veteranos en la segunda mitad de los años 90, Vanesa Ortega llegó a ser dos veces paralímpica y a ganar una medalla de plata en los Juegos, éxito capital de la brillante y fulgurante trayectoria de esta atleta malagueña, que se estrenó como paralímpica siendo una adolescente y se retiró también muy joven después de una década de éxitos en la que ostentó la corona mundial y europea de 400 metros, entre otros logros.

    Nacida el 24 de marzo de 1981 en Málaga capital, hasta donde se trasladaron sus padres, Antonio y Adoración, desde su pueblo de Alhaurín de la Torre para dar a luz, Vanesa vino al mundo con cataratas congénitas debido a que su madre sufrió rubeola durante el embarazo y, además, tuvo que ser operada del corazón a los tres meses de vida –y después a los cinco años. Todo fue, empero, superado por nuestra biografiada, que creció junto a sus dos hermanos menores, Antonio Manuel y Pilar, en Alhaurín hasta los 12 años, estudiando en el Colegio San Sebastián de esta localidad.

    Sin embargo, el 17 de enero de 1994 –como ella recuerda con exactitud– sus padres la llevaron a Sevilla para que siguiera con su formación en el Centro de Recursos Educativos Luis Braille. Allí conoció el atletismo de la mano del técnico Florencio Morcillo y tales eran sus cualidades que al mes de haber llegado ya tomó parte en un campeonato interautonómico para ciegos y deficientes visuales en Torremolinos y enseguida fue convocada para el Campeonato de Europa de menores que organizó la IBSA en Londres (Reino Unido) y donde Vanesa asombró al conquistar cuatro medallas de oro, en 60, 800 y 4×100 metros y salto de longitud.

    Su capacidad para correr era indiscutible y ya en 1995 se proclamó campeona de España absoluta de 400 y 800 metros y fue seleccionada para concurrir al Europeo de Valencia y a la versión para menores en Dublín, pero no pudo estar al operarse de la vista.

    Al año siguiente, la malagueña fue de nuevo campeona nacional en 200 y 400 metros y, pese a ciertas reticencias, fue seleccionada para debutar en los Juegos de Atlanta con solo 15 años. Una decisión que se reveló todo un acierto, ya que Vanesa se hizo con una sensacional medalla de plata en 400 metros después de superar las series (2.ª en su carrera con 1:02.92) por tiempos y llegar a la final del 20 de agosto, en la que la andaluza corrió en 1:02.94 y entró solo por detrás de la legendaria rusa Rima Batalova, la única por debajo del minuto (59:39).

    Tres días después participó en los 200 metros, siendo igualmente segunda en su carrera de primera ronda (28.15), si bien eliminada, ya que el acceso a la final estaba reservado para las tres vencedoras de las series más el mejor tiempo. La andaluza quedó apeada con el 6.º crono en tanto que la medalla de oro correspondió a otra española, Beatriz Mendoza.

    En el sucesivo ciclo paralímpico, Vanesa Ortega no dejó de crecer como atleta respondiendo a las esperanzas que técnicos e instituciones como la Fundación Andalucía Olímpica depositaron en ella. Así, nuestra biografiada se bañó en oro en 1997 al ganar los 400 metros del Europeo de Riccione (Italia) y en 1998 hizo lo mismo en los Juegos Mundiales de la IBSA en Madrid, añadiendo la medalla de plata en 200 metros. En tres temporadas impresionantes, había logrado ser campeona del mundo, campeona de Europa y subcampeona paralímpica en 400. Además, esa temporada de 1998 todavía acudió al Mundial de menores celebrado en Praga (República Checa), de donde se trajo otras dos medallas de oro –por supuesto en 400 metros y en lanzamiento de peso– por cuanto aún no había cumplido los 18 años.

    La mayoría de edad para Vanesa llegó en 1999, año el que consiguió otras dos medallas en el Campeonato de Europa de Lisboa (Portugal), aunque en esta ocasión no fueron de oro sino de plata (400 metros) y bronce (200 metros).

    De esta forma, desembocó en el año 2000 en el que Vanesa, luego de ser campeona de España de 200 y 400, se sumergió en la preparación a fondo de los Juegos de Sídney. Sin embargo, a dos meses de viajar a Australia conoció que su prueba talismán, los 400 metros, quedaba excluida del programa paralímpico al no haber ocho países con atletas en su clase, T12.

    Un contratiempo que obligó a la malagueña a preparar los 800 metros sin margen para estar en condición de aspirar al podio y que le hizo llegar a la urbe oceánica sin excesivas ambiciones, debutando en la citada prueba el 20 de octubre. Con siete atletas en liza, Ortega acabó 4.º la segunda serie con 2:40.69 y quedó eliminada, correspondiéndole la última posición en la general, en tanto que la medalla de oro fue para la inefable Batalova (2:19.32).

    Algo mejor le fueron las cosas a la andaluza en 200, también con siete aspirantes. Esta vez la andaluza fue tercera en la carrera inaugural de la ronda preliminar (27.12) y por poco no pudo acceder a la final, quedando clasificada en 5.ª posición. El triunfo recayó en la bielorrusa Volha Shuliakouskaya (25.38).

    Paralelamente a estos años en el alto rendimiento, Vanesa había concluido sus estudios de Secundaria en el Instituto Ramón del Valle-Inclán de Sevilla y completado su formación con cursos de quiromasajista y de auxiliar en telecomunicaciones y gestión administrativa, en la ONCE, y de reflexología podal y drenaje linfático, en una academia. Además, en el año paralímpico de 2000 había empezado, por otro lado, a vender cupones en la capital hispalense.

    Tales exigencias laborales y el revés sufrido en Sídney con la exclusión de su prueba estelar hicieron que Vanesa fuera meditando la posibilidad de dejar el deporte. No obstante, aún en 2001 fue invitada a competir en la prueba de exhibición de 200 metros para ciegos que tuvo lugar el 6 de agosto en el marco de los Campeonatos del Mundo de la IAAF en Edmonton (Canadá), donde no pudo escapar de la 4.ª y última plaza (27.84) ya que corrió con fiebre tras el largo viaje desde España.

    En 2002 amplió su número de internacionalidades al ser llamada para el Campeonato del Mundo IPC, en la ciudad francesa de Lille, donde se multiplicó mostrando una extraordinaria polivalencia. Así, mientras que en sus 400 metros no pudo pasar de las semifinales, en pentatlón rozó el podio (4.ª) y en lanzamiento de disco fue 7.ª, significando que en este último concurso se había proclamado campeona de España en 2001 y 2002 y también lo haría en 2003.

    No obstante, aquellos fueron los últimos coletazos de una singladura atlética que la malagueña zanjó cuando aún no había cumplido los 25 años. Vanesa Ortega se mudó en 2006 al municipio sevillano de Écija, donde logró la plaza fija para la venta del cupón de la ONCE, una actividad que estuvo realizando hasta 2017, cuando le concedieron la incapacidad laboral.

    Biografía cerrada a 31 de marzo de 2018 y extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y Jose Manuel Rodríguez Huertas

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