• Miguel Ángel Sierra Portillo
    Olímpico

    Miguel Ángel
    Sierra “Milu”

    Sevilla

    Miguel Ángel Sierra Portillo

    23.10.1971

    Morón de la Frontera (Sevilla)

    1
    Juegos Olímpicos Deporte Categoría Prueba
    Resultado
    1992 Barcelona (España) Lucha_Grecorromana Masculina Gallo
    Puesto 11

    Miguel Ángel Sierra Portillo

    El único luchador andaluz presente en unos Juegos Olímpicos nació el 23 de octubre de 1971 en la localidad sevillana de Morón de la Frontera, si bien cuando contaba con 3 años de edad su familia se trasladó a la relativamente cercana Alcalá de Guadaíra, donde ha residido y trabajado desde entonces, a excepción de los largos periodos de concentración que tuvo que llevar a cabo para mejorar en el difícil entorno de la lucha internacional durante el ciclo olímpico de Barcelona 1992.

    Los comienzos de Milu –como se le conoce en el mundillo– en la lucha se produjeron cuando tenía 11 años, a raíz de asistir a algunas exhibiciones de lucha libre olímpica en su pueblo de adopción. Tan fascinado quedó de lo visto que, por iniciativa propia y sintiendo atracción por el mundo de la defensa personal, se inscribió en el Club de Lucha Cristóbal Monroy, en el cual recibió las primeras lecciones de los entrenadores José Osuna y Manuel Sánchez, este último posterior delegado y tutor del equipo nacional y del propio Miguel Ángel en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de San Cugat del Vallés.

    No obstante, sería en el Gimnasio de Lucha de Alcalá de Guadaíra donde el menudo deportista (1,64 m de altura) efectuaría desde los 13 años su fulgurante trayectoria en la vertiente de la competición. En este club, el aruncitano, siempre en la especialidad de lucha grecorromana, iría elevando poco a poco su nivel técnico y físico, superando incluso a rivales de edad superior y engrosando su palmarés con títulos nacionales en la categoría cadete.

    Tales triunfos en los campeonatos de España le ocasionaron la invitación de la Federación Española de Luchas Olímpicas y Disciplinas Asociadas a integrarse en la concentración permanente que en 1988, tras las Olimpiadas de Seúl, el ente federativo constituyó en el CAR de San Cugat, en Barcelona, para preparar la participación española en los Juegos de 1992. Aquella llamada recibió el sí de nuestro protagonista, quien, sin haber cumplido los 17 años, marchó a Cataluña para intentar alcanzar el sueño de ser olímpico, junto a un buen número de promesas y consagrados. En suma, lo mejor de la lucha estatal bajo un mismo techo.

    El camino no fue obviamente fácil. Aunque España poseía diversas plazas fijas por su condición de país anfitrión, el objetivo era ganarse la selección para uno de tales puestos, siendo los rivales los propios compañeros, además de obtener el nivel adecuado para realizar un papel digno en las Olimpiadas, algo nada fácil habida cuenta el bajo estadio en el que se encontraba la lucha española en relación a países incluso de nivel medio.

    En el caso de Miguel Ángel, este camino estuvo jalonado de éxitos en los campeonatos de España júnior (triunfos en 1989, 1990 y 1991) y sénior (campeón en 1990, 1991 y 1992) en el peso gallo (57 kg), una supremacía nacional que a la postre le otorgó la recompensa de ser olímpico en dicho peso, si bien en su caso hubo otros argumentos que se sumaron a su relevante hoja de servicios estatales, como fue el subcampeonato del mundo júnior logrado en 1991 en Barcelona, cuando solo fue batido en la final por el soviético Mkhitar Manukyan. Asimismo, en la máxima categoría, la sénior, acabó 15.º en los campeonatos de Europa de Aschaffenburg (Alemania) 1991 y Copenhague 1992, 16.º en el Campeonato del Mundo absoluto de Varna (Bulgaria) 1991 y 7.º en los Juegos Mediterráneos de Atenas 1991, y rindió dignamente en varios torneos internacionales en Cuba, Grecia, Hungría y España –medalla de oro en el Villa de Madrid– en los meses previos a los Juegos.

    Ya en Barcelona, como sucedió con los otros nueve representantes españoles, la actuación fue discreta, pues todos fueron eliminados en la fase de grupos, antes de la ronda final y de los puestos de clasificación debido a la ya aludida gran diferencia técnica y competitiva de la lucha española en relación a la lucha internacional. El andaluz compitió el 28 de julio en el INEF de Cataluña, dentro del grupo B, y únicamente pudo combatir en las dos primeras rondas, siendo derrotado por el chino Sheng Zetian (0-2) y el rumano Marian Sandu (0-6), a la postre medalla de bronce y sexto clasificado, respectivamente. Eliminado tras el segundo combate, no pudo efectuar las cuatro rondas restantes y, obviamente, perdió toda opción de clasificarse entre los cinco primeros del grupo para pasar a la ronda final de diez luchadores.

    Aunque el anuario de Barcelona 92 no adjudica puestos por debajo del décimo en el torneo de lucha, hemos seguido las directrices de la United World Wrestling e indicado en su palmarés la 11.ª posición, lógicamente empatado con los otros ocho luchadores que resultaron eliminados en la fase de grupos.

    Tras los Juegos, Milu, nombrado Alcalareño del año 1992 y con solo 21 años, continuó en la lucha de alto nivel, si bien decidió abandonar la concentración permanente de la federación española y compatibilizar trabajo (como entrenador infantil), entrenamiento y competición desde Alcalá de Guadaíra con el propósito de pisar de nuevo la Villa Olímpica, en este caso de Atlanta 1996.

    En el nuevo período de cuatro años, el sevillano amplió la cosecha de títulos en el Campeonato de España sénior, ganando la medalla de oro en 1993, 1995 y 1996, y volvió a estar presente en los principales acontecimientos internacionales como los campeonatos del mundo de Tampere 1994 (26.º) y Praga 1995 (30.º), y el Campeonato de Europa de Besançon 1995 (12.º), no así en el Europeo de 1996, disputado en el mes de marzo en Budapest y donde se repartían las últimas plazas olímpicas, debido a la convalecencia que tuvo que efectuar tras una operación de rodilla.

    A pesar de la ausencia de las Olimpiadas de ese año, Miguel Ángel Sierra prosiguió disfrutando de su pasión por la lucha y la competición un par de años más, prueba de ello la medalla de bronce obtenida en 1999 en el Campeonato de España y la de oro en el certamen de 2000, que significó su séptimo y último título estatal y el broche a una carrera deportiva ejemplar como mejor luchador andaluz de la historia. Sepa el lector que únicamente seis andaluces han sido campeones de España sénior de lucha grecorromana y que solo Milu ha vencido en más de dos ocasiones.

    Mientras nuestro biografiado apuraba esos últimos años en activo, las facetas que constituirían su futuro, las de entrenador y dirigente, comenzaron a ocupar espacio y peso específico en su día a día a partir de 1998, cuando fundó el Club Deportivo Milu en Alcalá de Guadaíra. Así, entrenando y entrenándose, empezó a enseñar a niños del municipio y el entorno el arte milenario de la lucha y a forjar la notable trayectoria de este club que, desde entonces, ha sumado numerosísimas medallas en los campeonatos de España infantil, cadete, júnior y sénior en categoría masculina y femenina, siendo reconocido en 2008 como el mejor club español por la federación española.

    Amén del club, como técnico, Miguel Ángel Sierra ha sido director técnico de la Federación Andaluza de Lucha y seleccionador nacional júnior masculino de lucha grecorromana después de los Juegos de Atenas 2004, y, como dirigente, es presidente de la Federación Andaluza de Lucha y vicepresidente de la española (desde diciembre de 2016), todo ello desde su querida Alcalá de Guadaíra.

    Biografía cerrada a 31 de marzo de 2018 y extraída del libro 341 Historias de Grandeza, de los autores Pepe Díaz García y Jose Manuel Rodríguez Huertas

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